Apago la bombilla que ha hecho de mis miembros oculares algo despreciable; y por un tiempo pareciera que la de mi vida también se apaga porque me acuesto con el sinsabor de no saber si a la mañana siguiente mi órgano vital seguirá latiendo por sí solo o dejará en la noche el cansancio de andar por un mundo en el que no es apetecido. Antes de hacerlo, encuentro que en aquel extraño casillero de mi memoria ronda el recuerdo vivo (¿acaso su corazón no ha dejado de latir?) de la frase según la cual mi vida debería ser una sonrisa atada a un par de palos que le permitan moverse libremente: “Se burlan de mi porque soy diferente; me burlo de ellos porque son todos iguales”
Tú deberías despertar asombrado porque has logrado sobrevivir a la hoz de aquella compañera que te acecha cada segundo de tu vida, de hecho no podría alguien nombrarse vivo omitiendo que en ese mismo instante podría morir. Pero no, despiertas siempre igual, intentando borrar de tu oído la frecuencia que te hace dirigir la atención hacia tu progenitora, quien alaba y le da gracias al ser con el cual ya no te interesa debatir si existe o no, pues a la larga te estorba. Pero yo, sobresaltado, escucho un par de segundos aquel animal, que al menos esta noche, pudo luchar para que no aminorase su paso aquella compañera de bata negra y humeante, denominada muerte.
Intento recobrarme del letargo casi letal provocado por la noche, y al final logro salir de ese estado lamentable en que no sé diferenciar la realidad del sueño. Las huellas de lo que mi inconsciente me puso hace un par de horas, quizá minutos, quizá segundos; empiezan a confundirse entre sí y a medida que el reloj marca el paso se van volviendo cada vez más vagos. Intento fallido es reconstruir aquellos juegos mentales, pero afortunadamente (¿o tal vez desafortunadamente?) la frase que me acompañó a hundirme en la noche aún retumba mi sien como un martillo incansable.
Me daré cuenta más adelante que la realidad de este mundo concupiscente empieza a acomodar la frase…y alguna vez rayando en clase mi desordenado cuaderno de una materia que no es para todos, o que esos todos quieren y hacen que así sea; escribí que la verdad consiste en una relación estrecha entre la palabra y la realidad que esta enuncia. Tal vez sí, soy diferente, soy anormal, soy a este mundo un desacomodado, un estorbo, una cabeza que sobresale de la multitud y que por tal debe ser podada para evitar inconvenientes.
Tú deberías despertar asombrado porque has logrado sobrevivir a la hoz de aquella compañera que te acecha cada segundo de tu vida, de hecho no podría alguien nombrarse vivo omitiendo que en ese mismo instante podría morir. Pero no, despiertas siempre igual, intentando borrar de tu oído la frecuencia que te hace dirigir la atención hacia tu progenitora, quien alaba y le da gracias al ser con el cual ya no te interesa debatir si existe o no, pues a la larga te estorba. Pero yo, sobresaltado, escucho un par de segundos aquel animal, que al menos esta noche, pudo luchar para que no aminorase su paso aquella compañera de bata negra y humeante, denominada muerte.
Intento recobrarme del letargo casi letal provocado por la noche, y al final logro salir de ese estado lamentable en que no sé diferenciar la realidad del sueño. Las huellas de lo que mi inconsciente me puso hace un par de horas, quizá minutos, quizá segundos; empiezan a confundirse entre sí y a medida que el reloj marca el paso se van volviendo cada vez más vagos. Intento fallido es reconstruir aquellos juegos mentales, pero afortunadamente (¿o tal vez desafortunadamente?) la frase que me acompañó a hundirme en la noche aún retumba mi sien como un martillo incansable.
Me daré cuenta más adelante que la realidad de este mundo concupiscente empieza a acomodar la frase…y alguna vez rayando en clase mi desordenado cuaderno de una materia que no es para todos, o que esos todos quieren y hacen que así sea; escribí que la verdad consiste en una relación estrecha entre la palabra y la realidad que esta enuncia. Tal vez sí, soy diferente, soy anormal, soy a este mundo un desacomodado, un estorbo, una cabeza que sobresale de la multitud y que por tal debe ser podada para evitar inconvenientes.
(y supongo que al igual que mi vida…esta historia continuará)
Autor: David Rincón Santa
Autor: David Rincón Santa
:=)
ResponderEliminarEs impactante leer algo que parece un deseo latente, un instante macabro porque alguna vez todo hemos pensado y mas en épocas juveniles...me pregunto ¿Cuál e sel trasfondo? una critica al incomprendido ??? una forma de ver la vida con la óptica de sentirse o querer ser diferente a otros?? un no detenerse a ver en que los otros son diferentes?? o un querer creer que solo la perfección existe en mi y los demás están out de este mundo?? o quizás el ser parte de un universo conservador y tradicional con muchísimos temores al cambio e incapaces de aeptar nuevos retos???..
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